miércoles, 10 de diciembre de 2008

3.1 vendedores ambulantes

Lleve de lo weno (¡y ahórrese unas buenas lucas!)

Al alcance de todos los bolsillos: puedes escuchar a Madonna, leer la última entrega de J.K Rowling o alargarte el cabello con extensiones, ¡como en la peluquería!... ¡Todo a menos de 5 lucas! Y es que en plena crisis económica me pregunto ¿Hay alguien que nos entienda más que los vendedores ambulantes?
Por: Michelle Phillips

Los vemos día a día entre las veredas, alegrando nuestros dificultosos viajes en micro e innovando con una que otra pillería de mercado. Los vendedores ambulantes son parte de nuestra cultura y reflejan fielmente el malestar febril de vivir en una ciudad atrapada por el consumismo y las diferencias sociales.

Se trata del negocio de los famosos y nunca bien ponderados comerciantes callejeros, ellos que deben lidiar jornada tras jornada con el temor de ser aprehendidos por carabineros y que de tanto correr deben tener las piernas más musculosas que el mismo Usain Bolt, son quienes siempre tienen a precios asequibles múltiples accesorios para todos los regalones y regalonas de la casa.

¿Qué sería de nuestras vidas sin el helado fresquito en verano? ¿Sin ellos en las calles del barrio Meigs? ¿Sin sus idas y bajadas de las micros? De todo. Lápices, comida, anteojos, monederos, llaveros, libros, calcetines y cuanta cosa se le pueda ocurrir a usted querido lector, le ofrecerán estás amables personas que por menos de una entrada al cine le podrán dar tres películas de taquilla, los últimos estrenos en su morada ¿qué mejor?

El precio de la calle es bajo para nosotros y costoso para ellos, arriesgan sus productos con tal que el señor o la señorita tengan la última oferta en su casa.

Es cosa de que haga un recorrido por el centro de Santiago y se dará cuenta: desde vestidos, poleras, accesorios hasta ropa interior, pasando por cuadros y una que otra canción andina que armoniza los oídos, podrá encontrar. Ahora si el recorrido le da hambre no dude en probar las hamburguesas de soja o las sopaipillas, aunque si la intención es refrescarse los jugos de pomelo y los sabrosos motes con huesillo estarán ahí en un carrito siempre esperando por ser devorados.

Así que ármese de ganas y ahorre una buena cantidad de dinero este fin de año, lleve la moda y siga llevándola, total ¿hay alguien más que entienda su bolsillo como lo hacen ellos?, aquí creemos que no.


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