Jennifer Miranda, mima:
“Los artistas siempre somos los locos de la sociedad”
“Los artistas siempre somos los locos de la sociedad”
Mientras transeúntes y automovilistas esperan que la luz verde les permita regresar a sus casas, ellos esperan la roja para mostrarnos su talento. Los vemos a diario en las calles de Santiago. Por las tardes, cuando todos están cansados después de una agotadora jornada laboral, ellos están ahí, esperando para dibujar en nuestros rostros una sonrisa que aliviane la tarde.
Por Kamila Medina López

Entre vendedores ambulantes, bocinazos y micros, los artistas callejeros transitan por nuestra ciudad, al parecer indiferentes al estrés de la urbe. Lanzan pelotas al cielo, juegan con fuego o cintas, cantan, ríen, bailan, llenando de colores las grises tardes capitalinas.
Llegando a la esquina donde confluyen Constitución con Antonia López de Bello nos encontramos a Jennifer Miranda con su carita pintada de blanco. Sigue a un caballero cuya vestimenta negra y empaquetada contrasta con la liviandad del vestido blanco que lleva ella. Lo sigue e imita su andar. Una señora en la esquina que observa la escena se ríe. La víctima de Jenni al percatarse da la vuelta, pero nuestra amiga ahora está mirando para otro lado y silba (en realidad, pone la boca como si lo hiciera, pero ningún sonido sale de ella). El hombre ahora se ríe de buena gana y le entrega a Jennifer una moneda.
Nos acercamos a Jennifer e intentamos conversar con ella. Después de varios minutos queriendo explicarle que no podíamos hacer una entrevista a base de gesticulaciones, silencios y morisquetas, la mimo aceptó conversar con (nombre de la revista) para contarnos aquello que guarda el eterno silencio del mimo.
¿Quién eres?
Soy dos, creo. Soy un ser humano común y corriente ahora, cuando nos sentamos aquí a conversar, pero cuando salgo a la calle descubro que hay otra Jeni, mucho más extrovertida y risueña. Nos puedes diferenciar porque una tiene la cara pintada de blanco y la otra no.
¿Y a qué se dedica la Jennifer de piel morena?
Estudio teatro, estoy en cuarto año y también trabajo los fines de semana, de garzona o vendedora, porque tengo que cooperar en la casa. Durante la semana salgo a la calle a trabajar de mimo porque me gusta y es lo mejor que se hacer, además siento que no lo hago sólo por mí, a veces el valor de las sonrisas de tu público es inmensamente mayor al de una moneda.
¿Qué significa para ti ser artista callejero?
Creo que es un trabajo, como cualquier otro, igual de digno, me refiero. La diferencia está en que nuestro trabajo es mucho menos estable. Si el abogado se enferma un día y falta a su trabajo, no pasa nada, pero si un artista callejero que mantiene a su familia con lo que gana en la calle, se enferma…
Para quienes sólo se desempeñan en esto, implica un riesgo grande. Por eso los artistas siempre son los locos de la sociedad ¿sabes? Porque la gente ahora no se arriesga por un sueño.
Según tu visión ¿cuál es el rol de un artista?
Creo que los artistas son actores sociales críticos. La gente hoy está tan ensimismada, tan preocupada de sus asuntos que lo naturaliza todo: la explotación, los abusos, hasta el transantiago también lo terminaron por aceptar y todos estamos llegando más tarde y levantándonos más temprano y nadie dice ni pío. Pues ahí aparece el artista, para adoptar una posición crítica y decir de un modo diferente: ¡Paren! algo anda mal.
Y hay mil y una maneras de hacerlo. Algunos hacemos reír a las personas, en el fondo lo que yo le digo a mi víctima (como me gusta llamar a las personas que imito en la calle) cuando lo hago reír es: Cambia la cara, todos tenemos problemas, pero reír hace bien, como dice el comercial ese del jugo.
¿Se puede vivir del arte en Chile?
Uuuf! Buena pregunta, mi madre me la hace todos los días (risas).
Es que depende del nivel de vida al que aspires y también depende de qué tipo de arte estamos hablando. Porque si arte es pintar un óleo sobre tela e ir a vendérselo a un tipo con plata para que lo ponga en su oficina, sin otro objetivo que adornar una sala y sin preguntarse siquiera el por qué de la obra… ¡Claro! En tal caso, puedes vivir de eso, que más que arte es negocio, industria cultural, y en ese camino probablemente puedas aspirar, incluso, a un estatus social alto. Pero para mí el arte es más arte cuando llegas a esas personas a quienes históricamente se les ha restringido ese espacio.
El arte siempre ha sido visto como un privilegio para quienes pueden pagar por disfrutarlo. Se supone que ahora estamos en democracia, pero con el teatro sigue pasando algo similar, la gente no va a ver teatro porque es muy caro, y el Santiago a mil…nunca fue a mil.
¿Cómo ves el medio teatral en Chile?
Creo que vamos bien encaminados. Cada vez hay más movimiento, hay más jóvenes que quieren estudiar teatro, hay más escuelas y en consecuencia mayor competencia, pero está bien, y qué bueno que sea así, porque eso implica que la calidad de lo que hacemos debe ser cada vez mejor. Además creo que nunca van a sobrar los artistas.
¿Alguna anécdota?
Cómo no, millones…Todo los días una distinta, pero siempre cuento cuando se me ocurrió la pésima idea de hacer reír a un paco..pues es inútil, sus rostros son de piedra…terminé en la comisaría explicando que trabajo de mimo para entretener a las personas y no para robar.
¿Y qué les dirías a esas personas, como el carabinero, que no entienden ni aprecian tu trabajo?
Igual es entendible, la gente en general vive muy estresada y no es su culpa, es algo cultural. Pero yo les diría que si se enojan porque tienen problemas, piensen en que el artista callejero también los tiene, también necesita parar la olla en la casa. Y que su trabajo es ese, hacer reír a las personas, hacerlas sentir un poco mejor durante algunos minutos, creo que es bastante loable.
Finalmente ¿qué nos recomiendas para leer, ver y escuchar?
Para leer, lo que tengas a tu alcance, en una sociedad con niveles tan bajos de lectoría es importante que la gente comience a tomarle el gustito a leer, todo texto puede ser mágico, desde un cuento de hadas para niños hasta los de Julio Cortázar y es que la literatura tiene ese don, como el teatro, de transportarte mágicamente a lugares que en que nunca habías estado.
Para ver. ¡Vayan al teatro! Averigüen, siempre hay instancias más económicas. Con un grupo de compañeros estaremos presentando durante enero y febrero distintas obras en el teatro Cabalá de La Florida en el marco de una actividad que se llama “Teatro realmente a mil”.
Y para escuchar… ¿Mozart? (risas). No, en realidad lo mejor que pueden escuchar es a los pajaritos, o el viento, o el mar, pero en Santiago es un poco difícil.
En una palabra
arte / vida
cultura / todo
chile / ¿vino?
latinoamérica / una gran favella
bachellet / incopetente
televisón / entretenida
esta entrevista / sincera
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